martes, 19 de junio de 2007

Philip K. Dick: Tractates Cryptica Escriptura parte 1


Algunos maestros son geniales aún al límite mismo de su cordura.

Casí delirantes, parecen trer un discurso de regiones inexploradas del alma, que encierra verdades y secretos confundidos con alucinantes afirmaciones.

Tal es el caso del enorme y subestimado escritor norteamericano de cf, Philip K. Dick, autor de Blade Runner: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y El hombre en el castillo, entre otras maravillas.

Este es el apéndice a su obra maestra Valis.



APÉNDICE
Tractates Cryptica Escriptura

Por Philip K Dick.


1: Sólo hay una mente, pero en ella subsumidos dos principios contienden.

2: La Mente deja penetrar la luz; luego la oscuridad; ambas interactúan; de ese modo se genera el tiempo. Al final la Mente concede la victoria a la luz; el tiempo cesa y la Mente culmina.

3: [La Mente] Hace que las cosas luzcan diferentes para que parezca que el tiempo ha transcurrido.

4: La Materia es plástica ante el ojo de la Mente.

5: Uno por uno nos arrebata del mundo.

6: El Imperio nunca tuvo fin.

7: El Apolo Capital está a punto de regresar. Santa Sofía va a volver a nacer; antes no había sido aceptable. El Buda se encuentra en el parque. Siddharta duerme (pero va a despertar). El tiempo que habéis esperado ha llegado.

8: El reino superior tiene poderes plenipotenciarios.

9: Vivió mucho tiempo atrás, pero aún sigue vivo.

10: Apolonio de Tiana, cuando escribe de Hermes Trismegisto, dice: «Tanto es arriba como es abajo». Con lo cual quiere expresar que nuestro universo es un holograma, pero no poseía el término.

11: El gran secreto conocido de Apolonio de Tiana, Pablo de Tarso, Simón el Mago, Asclepio, Paracelso, Boheme y Bruno consiste en que retrocedemos en el tiempo. El Universo de hecho se está contrayendo en una entidad unitaria que se está completando. Vemos la decadencia y el desorden invertidos, como si se acrecentaran. Estos médicos aprendieron a avanzar en el tiempo que, para nosotros, es retrogradación.

12: Los griegos conocieron al Inmortal como Dionisio; los judíos como Elías; los cristianos como Jesús. Cuando un huésped humano muere, él se traslada, de modo que no es nunca atrapado ni muerto. De ahí que Jesús exclamara en la cruz: «Eli, Eli, lama sabachtani». Al escucharlo, algunos de los presentes dijeron correctamente: «Este hombre está llamando a Elías». Elías lo había abandonado y él murió solo.

13: Dijo Pascal: «Toda la historia no es sino un hombre inmortal que aprende de continuo». Se trata del Inmortal al que veneramos sin conocer su nombre. «Vivió mucho tiempo atrás, pero aún sigue vivo» y «El Apolo Capital está a punto de regresar». El nombre cambia.

14: El universo es información y nosotros permanecemos inalterados en él, ni tridimensionales, ni en el espacio o en el tiempo. A la información que se nos suministra, nosotros la hipostaseamos en el mundo fenoménico.

15: La Sibila de Cumas protegió a la República Romana y le hizo advertencias oportunas. En el siglo I E.C. previó el asesinato de los hermanos Kennedy, el doctor King y el obispo Pike. En los cuatro hombres asesinados percibió dos comunes denominadores: en primer lugar, defendían las libertades de la República y, en segundo lugar, cada uno de ellos era un líder religioso. Por eso fueron asesinados. La República, una vez más, se había convertido en un César. «El Imperio nunca tuvo fin».

16: En marzo de 1974 la Sibila dijo: «Los conspiradores han sido descubiertos y deberán comparecer ante la justicia». Los descubrió con el tercer ojo o ajna, el Ojo de Siva que da discernimiento interior, pero cuando se vuelve hacia fuera, fulmina con un calor que diseca. En agosto de 1974 tuvo lugar el juicio que había prometido la Sibila.»

17: Los gnósticos creían en dos edades temporales: la primera o la del mal presente y la segunda o la del bien futuro. La primera era la Edad de Acero. Se la representaba por una Negra Prisión de Acero. Tuvo su término en agosto de 1974 y fue reemplazada por la Edad de Oro, representada por un Jardín de Palmeras.

18: El tiempo real llegó a su término en el 70 E.C. con la caída del Templo de Jerusalén. Volvió a comenzar en 1974. El período transcurrido entre ambas fechas fue una interpolación perfectamente espúrea que imitó como un mono la creación de la Mente. «El Imperio nunca tuvo fin», pero en 1974 se envió un mensaje cifrado como señal de que la Edad de Acero había llegado a su término; el mensaje comprendía dos palabras: REY FELIX, lo cual se refiere al Rey Feliz (o Justo).

19: El mensaje cifrado de dos palabras, REY FELIX, no tenía por destinatarios a los seres humanos, sino a los descendientes de Ijnaton, la raza de tres ojos que, en secreto, habita entre nosotros.

20: Los alquimistas herméticos tenían conocimiento de una raza secreta de invasores de tres ojos, pero, a pesar de que se esforzaron por lograrlo, nunca pudieron ponerse en contacto con ellos. Por tanto, sus esfuerzos por apoyar a Federico V, Elector Palatino, Rey de Bohemia, fracasaron. «El Imperio nunca tuvo fin».

21: La Hermandad de los rosacruces escribió: «Ex Deo nascimur, in Jesu mortimur, per spiritum sanctum reviviscimus», lo cual significa: De Dios nacemos, en Jesús morimos, por el Espíritu Santo resucitamos. Esto quiere decir que habían descubierto la fórmula perdida de la inmortalidad que el Imperio había destruido. «El Imperio nunca tuvo fin».


Imagen de Philip K. Dick tomada de:http://www.literareafantastica.com.ar/Phil2.jpg

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