Por
Jesús Ademir Morales Rojas
Con referencia a Dante Alighieri, La Divina Comedia, Infierno, Canto V.
Justo a la entrada del segundo círculo del Infierno se encuentra el pavoroso Minos. Este demoniaco ser examina las culpas de los que entran, y da a conocer sus sentencias por medio del número de veces que gira su cola y la ciñe sobre si mismo. El número de segmentos de la extremidad anillada, sobre el aborrecible cuerpo, indica el número del círculo del Infierno al que el pecador debe ser enviado a penar.
Las matemáticas de Minos se corresponden con las terrenales: así como aquí un sólo sistema númerico puede ser dilatado sin límite alguno, allá en el Averno la cola de Minos, aún siendo infinita, no puede superar el número de círculos de tormento que constituyen la arquitectura infernal.
La única diferencia real entre ambos sistemas, es el incalculable placer que experimenta el despiadado juez, al sentir sobre su espalda cada nuevo impacto fustigante; cada acumulación dulcemente dolorosa.
***
"¡Oh tú, que vienes a la mansión del dolor!...mira como entras y de quien te fías, no te engañe lo ancho de la entrada ( al Infierno)!"
Sin duda para Dante ha sido sencillo hasta cierto punto seguir tal recomendación. En cambio para nosotros, para cada lector de la Comedia, peregrino de su vida, de su propia "mansión del dolor", es sumamente más complejo acatar tal advertencia: sin Virgilio, ni Beatriz algunos que intercedan por uno, no nos queda más que acercarnos con humilde confianza a nuestras propias pasiones y vicios.
Entregados con mansedad a su reconfortante e incondicional abrazo.
***
"Entrábamos a un lugar que carecía de luz...la tromba infernal, que no se detiene nunca, envuelve en su torbellino a los espíritus; les hace dar vueltas continuamente, les agita y les molesta: cuando se encuentran ante la ruinosa valla que los encierra, allí es cuando se dan los gritos, los llantos y los lamentos, y las blasfemias contra la virtud divina."
Aquí Dante quiza se desorientó por completo: lo descrito antes no es más que nuestro propio mundo visto por fuera.
(¿Y por quién?)
***
Dante compara con estorninos y grullas en vuelo, a los espíritus atormentados por los vientos infernales. Pero, ¿ y si en realidad lo que él vió sí eran aves? ¿Acaso el Infierno más que un lugar (más que poseer una localización definida), será más bien un estado de ser (un saturar moralmente del ser propio al ser del mundo)?
***
" - Maestro, ¿qué almas son ésas a quienes... castiga ese aire negro?
- (Semiramís), la primera de ellas...fue emperatriz...y fue tan dada al vicio de la lujuria, que permitió en sus leyes todo lo que exita al placer, para ocultar de este modo la abyección en que vivía."
Lo cual nos confirma que Michel Foucault tenía razón, y que las leyes y las reglamentaciones de un ámbito determinado, construyen a la vez al sujeto transgresor de las mismas.
( Y esto es posible verificarlo, aun cuando Dante no se lo preguntó allí a Foucault, de paso).
***
"Ví también ( en el Infierno) a Helena ( de Troya), que dió lugar a tan funestos tiempos..."
Por el insoslayable pecado del ser bella...a los ojos de los demás.
***
"...y ví también (condenado) al gran Aquiles, que al fin tuvo que combatir por el amor (de su amigo Patroclo)."
Por el definitivo pecado de ser Aquiles mismo, o de no permitirselo ser ...expresándolo abiertamente.
***
"Así como dos palomas, excitadas por sus deseos, se dirigen con las alas abiertas y firmes hacia el dulce nido, llevadas en el aire por una misma voluntad, así salieron aquellas dos almas...dirigiéndose hacia nosotros."
El sublime arte dantesco, tiene la singularidad admirable de trastocar el orden, la normalidad, de nuestra más simple percepción y entendimiento: su poesía parece hacer brotar los movimientos de la vida, motivar su acontecer, y no viceversa.
***
"¡Oh ser gracioso y benigno (Dante) que vienes a visitar en medio de éste aire negruzco a los que hemos teñido el mundo de sangre!"
¿Será que todos los traductores de la Comedia, y hasta Dante mismo, se hayan rehusado sinceramente a transcribir "sangre" por "color"?
***
"Amor nos condujo a la misma muerte."
Pero seguramente Amor después de hacerlo escapó al Cielo.
¿O el amor de Amor será tan grande, que se unió lealmente con los adúlteros Paolo y Francesca en su condena eterna?
¿y que hay entonces de todos los que han pecado por Amor posteriormente?
¿Acaso se irán al infierno, sin Amor que lo justifique y sin ninguna razón, (sólo/solos) simplemente?
***
Paolo y Francesca se hallan condenados en el círculo de los lujuriosos por haber cometido adulterio en contra del hermano de Paolo, el cojo y deforme, Lanciotto.
¿ Y si en realidad el pecado castigado aquí fuese el incesto, y no el engaño marital?
¿Y si la lujuria, tan naturalmente luciferina, no fuese pecado en un lugar de pecadores?
¿Será entonces el auténtico tormento para Paolo y Francesca, estar juntos para siempre, sin merecerlo?
***
"No hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria"
Frase dantesca tan certera, como infelizmente inolvidable.
Justo a la entrada del segundo círculo del Infierno se encuentra el pavoroso Minos. Este demoniaco ser examina las culpas de los que entran, y da a conocer sus sentencias por medio del número de veces que gira su cola y la ciñe sobre si mismo. El número de segmentos de la extremidad anillada, sobre el aborrecible cuerpo, indica el número del círculo del Infierno al que el pecador debe ser enviado a penar.
Las matemáticas de Minos se corresponden con las terrenales: así como aquí un sólo sistema númerico puede ser dilatado sin límite alguno, allá en el Averno la cola de Minos, aún siendo infinita, no puede superar el número de círculos de tormento que constituyen la arquitectura infernal.
La única diferencia real entre ambos sistemas, es el incalculable placer que experimenta el despiadado juez, al sentir sobre su espalda cada nuevo impacto fustigante; cada acumulación dulcemente dolorosa.
***
"¡Oh tú, que vienes a la mansión del dolor!...mira como entras y de quien te fías, no te engañe lo ancho de la entrada ( al Infierno)!"
Sin duda para Dante ha sido sencillo hasta cierto punto seguir tal recomendación. En cambio para nosotros, para cada lector de la Comedia, peregrino de su vida, de su propia "mansión del dolor", es sumamente más complejo acatar tal advertencia: sin Virgilio, ni Beatriz algunos que intercedan por uno, no nos queda más que acercarnos con humilde confianza a nuestras propias pasiones y vicios.
Entregados con mansedad a su reconfortante e incondicional abrazo.
***
"Entrábamos a un lugar que carecía de luz...la tromba infernal, que no se detiene nunca, envuelve en su torbellino a los espíritus; les hace dar vueltas continuamente, les agita y les molesta: cuando se encuentran ante la ruinosa valla que los encierra, allí es cuando se dan los gritos, los llantos y los lamentos, y las blasfemias contra la virtud divina."
Aquí Dante quiza se desorientó por completo: lo descrito antes no es más que nuestro propio mundo visto por fuera.
(¿Y por quién?)
***
Dante compara con estorninos y grullas en vuelo, a los espíritus atormentados por los vientos infernales. Pero, ¿ y si en realidad lo que él vió sí eran aves? ¿Acaso el Infierno más que un lugar (más que poseer una localización definida), será más bien un estado de ser (un saturar moralmente del ser propio al ser del mundo)?
***
" - Maestro, ¿qué almas son ésas a quienes... castiga ese aire negro?
- (Semiramís), la primera de ellas...fue emperatriz...y fue tan dada al vicio de la lujuria, que permitió en sus leyes todo lo que exita al placer, para ocultar de este modo la abyección en que vivía."
Lo cual nos confirma que Michel Foucault tenía razón, y que las leyes y las reglamentaciones de un ámbito determinado, construyen a la vez al sujeto transgresor de las mismas.
( Y esto es posible verificarlo, aun cuando Dante no se lo preguntó allí a Foucault, de paso).
***
"Ví también ( en el Infierno) a Helena ( de Troya), que dió lugar a tan funestos tiempos..."
Por el insoslayable pecado del ser bella...a los ojos de los demás.
***
"...y ví también (condenado) al gran Aquiles, que al fin tuvo que combatir por el amor (de su amigo Patroclo)."
Por el definitivo pecado de ser Aquiles mismo, o de no permitirselo ser ...expresándolo abiertamente.
***
"Así como dos palomas, excitadas por sus deseos, se dirigen con las alas abiertas y firmes hacia el dulce nido, llevadas en el aire por una misma voluntad, así salieron aquellas dos almas...dirigiéndose hacia nosotros."
El sublime arte dantesco, tiene la singularidad admirable de trastocar el orden, la normalidad, de nuestra más simple percepción y entendimiento: su poesía parece hacer brotar los movimientos de la vida, motivar su acontecer, y no viceversa.
***
"¡Oh ser gracioso y benigno (Dante) que vienes a visitar en medio de éste aire negruzco a los que hemos teñido el mundo de sangre!"
¿Será que todos los traductores de la Comedia, y hasta Dante mismo, se hayan rehusado sinceramente a transcribir "sangre" por "color"?
***
"Amor nos condujo a la misma muerte."
Pero seguramente Amor después de hacerlo escapó al Cielo.
¿O el amor de Amor será tan grande, que se unió lealmente con los adúlteros Paolo y Francesca en su condena eterna?
¿y que hay entonces de todos los que han pecado por Amor posteriormente?
¿Acaso se irán al infierno, sin Amor que lo justifique y sin ninguna razón, (sólo/solos) simplemente?
***
Paolo y Francesca se hallan condenados en el círculo de los lujuriosos por haber cometido adulterio en contra del hermano de Paolo, el cojo y deforme, Lanciotto.
¿ Y si en realidad el pecado castigado aquí fuese el incesto, y no el engaño marital?
¿Y si la lujuria, tan naturalmente luciferina, no fuese pecado en un lugar de pecadores?
¿Será entonces el auténtico tormento para Paolo y Francesca, estar juntos para siempre, sin merecerlo?
***
"No hay mayor dolor que acordarse del tiempo feliz en la miseria"
Frase dantesca tan certera, como infelizmente inolvidable.
Copyright © Jesús Ademir Morales Rojas. Todos los derechos reservados.
Imagen de composición de William Blake tomada de:
http://twi-ny.com/imaginedworlds.jpg
No hay comentarios:
Publicar un comentario