Por
Anna Otero
REDER. Red de Estudios y Difusión del Exilio Republicano
1.RUPTURA
2. CIENCIA INUTIL O EL ALQUIMISTA
3. NATURALEZA MUERTA RESUCITANDO
1) RUPTURA
Óleo/masonite, 93 x 58 cm.
1955.
Remedios empieza su viaje. Su identificación con el personaje que deja el hogar nos remite a su infancia en España, tiempos en que la sociedad se estructuraba alrededor del rigor, el orden y las reglas. Su educación no fue restrictiva en este sentido, pero si vivió en una época en que el papel de la mujer estaba historicamente definido. Es en este sentido es cuando Remedios consigue escapar, y lo demuestra alejándose de esta composición geométrica y calculada; prohibitiva para alguien con grandes dosis de imaginación. Así, inicia el camino para encontrar el equilibrio que todo ser necesita para armonizar con su entorno. Huye de toda convención, se aleja de lo establecido y de las normas que impiden actuar a su libre pensamiento. Estudia en la Escuela de Artes y Oficios y después en la Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid; luego participa activamente en el grupo surrealista y conoce a artistas que más tarde encontrará en Paris.
La mirada de Remedios se dirige hacia los papeles que escapan por la puerta entreabierta. Nadie más se aventura a salir, sólo Remedios y los papeles son capaces de abandonar un escenario que sólo los limita y no los enriquece. Sus observadores la despiden con la mirada, quizá satisfechos por su elección, quizá celosos por su iniciativa; pero cobardes por permanecer en su sitio. La fuga tiene lugar al atardecer, el ambiente es de un color rojizo-dorado que expresa la magia de momento. De esta manera se nos presenta el final del día, pero también se nos indica que el siguiente será completamente nuevo. Esta novedad y frescura la experimenta Remedios al tener afinidad con el grupo surrealista y las teorías de Gurdijeff, y personajes como Freud y Jung; individuos todos ellos que alimentan la creación, curiosidad y predisposición de una mujer artista que quiere vivir en consonancia con su época.
El cuerpo de Remedios lo recibimos frágil y etéreo al presentarse envuelto en una capa, nos recuerda a una ave que solo tiene que abrir sus alas para emprender el vuelo. Es su disfraz de huida con el que conseguirá escapar al exterior, hacia los arboles situados al otro lado del muro, donde empezará su viaje y se enriquecerá con nuevas experiencias. México actuará como tierra de adopción, tanto para ella como para sus ideas.
La mirada de Remedios se dirige hacia los papeles que escapan por la puerta entreabierta. Nadie más se aventura a salir, sólo Remedios y los papeles son capaces de abandonar un escenario que sólo los limita y no los enriquece. Sus observadores la despiden con la mirada, quizá satisfechos por su elección, quizá celosos por su iniciativa; pero cobardes por permanecer en su sitio. La fuga tiene lugar al atardecer, el ambiente es de un color rojizo-dorado que expresa la magia de momento. De esta manera se nos presenta el final del día, pero también se nos indica que el siguiente será completamente nuevo. Esta novedad y frescura la experimenta Remedios al tener afinidad con el grupo surrealista y las teorías de Gurdijeff, y personajes como Freud y Jung; individuos todos ellos que alimentan la creación, curiosidad y predisposición de una mujer artista que quiere vivir en consonancia con su época.
El cuerpo de Remedios lo recibimos frágil y etéreo al presentarse envuelto en una capa, nos recuerda a una ave que solo tiene que abrir sus alas para emprender el vuelo. Es su disfraz de huida con el que conseguirá escapar al exterior, hacia los arboles situados al otro lado del muro, donde empezará su viaje y se enriquecerá con nuevas experiencias. México actuará como tierra de adopción, tanto para ella como para sus ideas.
2) CIENCIA INUTIL O EL ALQUIMISTA
Óleo/masonite, 105 x 54 cm.
1958
Aventurera infatigable e incansable investigadora del saber. Remedios se preocupa por el detalle menos obvio de las cosas. Su detallismo nos recuerda a las imágenes del Bosco, su imaginación a los inventos de Leonardo da Vinci, su perfección técnica a los proyectos de ingenería de su padre, y su temática a la mentalidad de alguien con muchas cosas que decir. Remedios crea máquinas, artilugios que se comunican con el mundo, su . Con Ciencia Iníutil purifica o simplemente guarda el agua que procede del cielo en botellas. Sin embargo, se nos oculta la utilización final de tal proceso. La importancia pues, radica en el juego, en el búsqueda del origen de las cosas, en intentar encontrar su razón de ser.
El personaje central acciona una manivela con la que pone en marcha todo el mecanismo. Con este simple movimiento es capaz de hacer funcionar todo un edificio repleto de maquinaria, de sofisticación y complejidad. Pero el alquimista esta preparado, su vestido es pura continuación del suelo del laboratorio, su vestido nos indica su unión con la materia; su vestido es sabiduría acumulada. Nos comunica la importancia de llegar a la unidad y a la reflexión para poder alcanzar metas difíciles.
La cuadrícula terrestre se contrapone con la apertura del paisaje exterior, pero no se repelan, se complementan. De esta manera Remedios explora y encuentra. Nos pide abrir los ojos, estar atentos e insistir en la búsqueda de la magia, en la transformación de la materia. Remedios, nos acerca a otras realidades, a otros mundos y a otras ideas. Ella es el alquimista que transforma nuestra contemplación en una lección de aprendizaje.
El personaje central acciona una manivela con la que pone en marcha todo el mecanismo. Con este simple movimiento es capaz de hacer funcionar todo un edificio repleto de maquinaria, de sofisticación y complejidad. Pero el alquimista esta preparado, su vestido es pura continuación del suelo del laboratorio, su vestido nos indica su unión con la materia; su vestido es sabiduría acumulada. Nos comunica la importancia de llegar a la unidad y a la reflexión para poder alcanzar metas difíciles.
La cuadrícula terrestre se contrapone con la apertura del paisaje exterior, pero no se repelan, se complementan. De esta manera Remedios explora y encuentra. Nos pide abrir los ojos, estar atentos e insistir en la búsqueda de la magia, en la transformación de la materia. Remedios, nos acerca a otras realidades, a otros mundos y a otras ideas. Ella es el alquimista que transforma nuestra contemplación en una lección de aprendizaje.
3. NATURALEZA MUERTA RESUCITANDO
Óleo/ tela
110 x 80 cm.
1963
Última aportación pictórica de Remedios, su cuadro final; y por lo tanto su discurso más denso acerca de su arte. En Naturaleza Muerta Resucitando, son una serie de objetos y frutas varias los protagonistas de la escena. El ambiente, a diferencia de el resto de sus cuadros, no integra ningún personaje a través del cual se puedan transmitir situaciones, historias y aventuras. Una mesa, ocho platos, fruta y una vela situada en el centro sintetizan la vida de Remedios Varo. Sabemos que parte de su existencia se la pasó viajando para escapar de determinados conflictos, huyó de España a causa de la Guerra Civil refugiándose en Francia, país que también abandonó al declararse la II Guerra Mundial. México terminó por ser su país de acogida, y el lugar donde desarrollaría su pintura más significativa. Y es que paralelamente a este desplazamiento físico ella misma experimentó un tránsito a nivel emocional hacia lo que llamaríamos espiritualidad. Sus viajes pues, también eran interiores. Remedios dedicó su vida a formarse para conseguir el equilibrio y la armonía con su entorno; la manifestación más directa de tal búsqueda la tenemos con sus obras, y la culminación de tal proceso es: Naturaleza Muerta Resucitando.
La pintura nos presenta a una mesa y sus satélites insertados en una edificación gótica, enmarcados por unos arco ojivales que al mismo tiempo coronan la única apertura que comunica la escena con el exterior. Esta arquitectura nos recuerda a un castillo medieval, construcción histórica que ha restringido la libertad a más de uno, pero también es un recinto que nos subraya la limitación que ejerce la misma materia, en este caso la piedra, sobre el hombre. Una vez más, Remedios consigue escapar de tal prisión, y lo demuestra dirigiéndonos la mirada hacia la vela central, hacia esta energía capaz de mantener satélites en furioso movimiento a su alrededor. Esta luz es Remedios convertida en el alma de la composición pictórica, se nos presenta transformada en energía y dueña de su libertad. Subliminalmente nos comunica la llegada de su muerte desde su obra. Convertida en llama nos observa y nos anuncia que ha alcanzado el estado de pureza total. La frutas son planetas que danzan al son de Remedios, las granadas explotan reivindicando, en términos surrealistas, la feminidad; mientras tanto, algunos insectos contemplan la escena maravillados por asistir a tal transfiguración. Estos pequeños animales se repiten constantemente en la obra de Remedios, se identifica con ellos y les atribuye la imagen de la atemporalidad. Los caracteriza por su minuciosidad en el dibujo, que los convierte en verdaderos soportes para el estudio científico. La mesa nos remite a su infancia y a su entorno familiar al que tuvo que renunciar al huir de España. Muchas eran las celebraciones que tenían lugar alrededor de una mesa: comidas, conversaciones, juegos, dibujos...Remedios lo recuerda y lo recupera en esta composición.
Solamente una pequeña ventana puede librar a los no iniciados de tal prisión, pero Remedios ya ha escapado, forma parte del mundo. Resucita.
http://www.metamorphosis211.gr/wp-content/RemediosVaroCazadora.jpg
La pintura nos presenta a una mesa y sus satélites insertados en una edificación gótica, enmarcados por unos arco ojivales que al mismo tiempo coronan la única apertura que comunica la escena con el exterior. Esta arquitectura nos recuerda a un castillo medieval, construcción histórica que ha restringido la libertad a más de uno, pero también es un recinto que nos subraya la limitación que ejerce la misma materia, en este caso la piedra, sobre el hombre. Una vez más, Remedios consigue escapar de tal prisión, y lo demuestra dirigiéndonos la mirada hacia la vela central, hacia esta energía capaz de mantener satélites en furioso movimiento a su alrededor. Esta luz es Remedios convertida en el alma de la composición pictórica, se nos presenta transformada en energía y dueña de su libertad. Subliminalmente nos comunica la llegada de su muerte desde su obra. Convertida en llama nos observa y nos anuncia que ha alcanzado el estado de pureza total. La frutas son planetas que danzan al son de Remedios, las granadas explotan reivindicando, en términos surrealistas, la feminidad; mientras tanto, algunos insectos contemplan la escena maravillados por asistir a tal transfiguración. Estos pequeños animales se repiten constantemente en la obra de Remedios, se identifica con ellos y les atribuye la imagen de la atemporalidad. Los caracteriza por su minuciosidad en el dibujo, que los convierte en verdaderos soportes para el estudio científico. La mesa nos remite a su infancia y a su entorno familiar al que tuvo que renunciar al huir de España. Muchas eran las celebraciones que tenían lugar alrededor de una mesa: comidas, conversaciones, juegos, dibujos...Remedios lo recuerda y lo recupera en esta composición.
Solamente una pequeña ventana puede librar a los no iniciados de tal prisión, pero Remedios ya ha escapado, forma parte del mundo. Resucita.
Texto tomado de:http://clio.rediris.es/exilio/remediosvaro/ObrascomentadasRVaro.htm#ruptura
Imagenes tomadas del mismo enlace y de:http://www.metamorphosis211.gr/wp-content/RemediosVaroCazadora.jpg
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